Crisis, corrupción y matonaje en la UPEA
Análisis y Opinión
26/08/2013
La crisis de la Universidad Pública de El Alto refleja la crisis de
la sociedad boliviana y especialmente el momento pre electoral. La pugna
por controlar el poder en la Universidad tiene como válido cualquier
método: corrupción, ilegalidad, utilización de mercenarios, oferta de
favores, matonaje, etcétera; se oferta y se vende todo al mejor postor,
algo similar a lo que sucede en el conjunto de la sociedad con
dirigentes y personajes que se están promocionando a los partidos
políticos del momento, incluido por supuesto el Movimiento al Socialismo
de Evo Morales.
El conflicto que estalló nuevamente en la UPEA tiene viejas raíces.
El nacimiento como universidad autónoma y plena fue producto de una
lucha muy dura, la UPEA de entonces, manejada por los curas bajo un
aplastante control seminarista y beato no era ajeno al matonaje,
chantaje y persecución contra los dirigentes del movimiento democrático
que pugnaban por una universidad libre bajo los principios de la
Autonomía Universitaria.
A pesar del tiempo transcurrido los métodos reaccionarios de hacer
política continúan. Es de conocimiento público que las últimas
elecciones para rector y vicerrector fueron totalmente irregulares. Para
comenzar el comité electoral sufrió el abandono del estamento docente y
algunos estudiantes debido a cuestionamientos por la forma en que el
Comité Electoral inhabilitaba a algunos frentes, aun así, quienes
quedaron en el comité electoral decidieron llevar adelante el proceso y
para ello adquirió toda la logística, mercenarios de “seguridad”
incluidos, pagados quien sabe de dónde pues el Comité Electoral al no
estar compuesto por los estamentos correspondientes (faltaban los
docentes) no puede recibir dinero de la Universidad.
A pesar de aquello el irregular proceso siguió en marcha con muchas
carreras que decidieron en asambleas no participar, entre las que se
encontraba toda el área de sociales, contaduría y otras que cuestionan
la legalidad del evento.
Los resultados fueron desastrosos, solo dos frentes siguieron en
marcha y un tercero renunció a participar faltando unos días. De más de
30 mil estudiantes y docentes, solo participaron cerca de 14 mil, algo
que de por sí ya habría anulado las elecciones, peor fue el resultado
del conteo, porque más del 50% fueron votos nulos y blancos, los
candidatos en carrera, los dos juntos, no pudieron llegar a la mitad de
los votos necesarios, cosa que cuestionó doblemente las elecciones.
Esto nos hace recordar a las elecciones a autoridades judiciales que
hizo el gobierno, donde la población le echó encima más de 50% de votos
nulos y blancos, todo el conjunto de candidatos, que fueron muchos, no
pudieron imponerse al rechazo de la población, sin embargo el gobierno
sin sonrojarse la cara los posesionó como nuevas autoridades. Es que
estamos acostumbrados a una cierta “oligarquía” de los famosos votos
válidos, lo que hace que el sentido democrático, es decir, la expresión
de las personas a la hora de emitir su decisión, no cuente si es que
ésta se opone a todo el proceso que lo entiende como una farsa y un
engaño.
Esto sucedió de manera clara en la UPEA, más de la mitad de la
población universitaria no participó, y de los que participaron más de
la mitad anuló su voto porque, como muchos dijeron, veían como los
mismos corruptos a todos los candidatos y querían protestar
efectivamente en la papeleta electoral, no querían que su expresión
política sea simplemente la imagen muda del voto en blanco que parece no
significar nada o asumir una posición neutra cuando ella no existe,
querían expresarse escribiendo o imprimiendo gráficamente su rechazo,
pero para los expertos en legalidad trucha, como el presidente del
Comité Electoral (mercenario de Rime Choquehuanca que cuenta con
experiencia en servir a quienes le pagan el precio) todo esto no tuvo
ninguna importancia y dio por legítimo el proceso anunciando la segunda
vuelta.
Esta manera de hacer las cosas no es nueva ni en la universidad ni en
el país. La vieja práctica antidemocrática de imponerse por una “mínima
minoría” ajena a toda legalidad ha sido practicada por los viejos
partidos que han existido en el país, también ha sido una práctica de
muchos frentes reaccionarios en la vida universitaria, la fuerza para
imponerse ha residido en la facilidad de movilizar una tropa de choque
mercenaria suficiente para amedrentar a la población estudiantil y
mantener a raya al movimiento universitario democrático y progresista. A
pesar de que la UPEA goza del voto universal, lo que en teoría le
permite mayor poder a los estudiantes, las mafias de burócratas se
imponen cooptando y escindiendo al movimiento estudiantil, las medidas
progresistas no se pueden realizar plenamente si están enmarcadas dentro
de un viejo sistema que reproduce el prebendalismo, la corrupción, el
matonaje y la persecución, como es el sistema de la universidad y del
país en su conjunto.
Consolidar la siguiente etapa del proceso electoral requería que las
autoridades universitarias no se opongan a la misma ni cuestionen la
legalidad del proceso. Para ello, recurriendo a la vieja práctica de
contratar mercenarios, los candidatos pusieron su cuota y enviaron
matones a impedir que el Consejo Universitario se lleve adelante (no
colocamos lo de honorable porque nos rememora la fétida feudalidad) y la
emprendieron a golpes y ataques con armas blancas destruyendo sillas,
escritorios y ventanas además de golpear a las autoridades presentes y
enviar a un estudiante al hospital con un corte en el abdomen.
A pesar de la indignación de los estudiantes democráticos, las altas
autoridades interinas no estuvieron dispuestas a enfrentar estos hechos.
El oportunismo de éstas y otras direcciones de carrera que casi siempre
buscan amarrar con el nuevo jefe es una práctica que traiciona las
aspiraciones democráticas de estudiantes y algunos docentes que quieren
una universidad que no tenga las lacras de la corrupción, la prebenda,
la cooptación estudiantil, el matonaje, la persecución política, los
gastos dispendiosos y que esté al servicio de su pueblo. A pesar de
todo, el movimiento democrático se planteó enfrentar la segunda vuelta
que era una afrenta a la Universidad.
El periodo de aparente calma que se abrió entre primera y segunda
vuelta sirvió para descubrir los intereses detrás de los candidatos. Se
abrió la propaganda nuevamente con prebendas tradicionales, el candidato
Rime incluso pagó un spot televisivo y su tienda política levantó la
bandera del antiemenerrismo contra su contrincante Saúl Calderón. El
objetivo claro era mostrar al contendor como el que servía a viejos
partidos reaccionarios, sin embargo, empezaba a crecer los rumores de
los arreglos de Rime con el MAS, en particular con la gobernación que
manda el señor Cocarico.
Lo que ha quedado claro es que se usó mucho dinero y eso no se pone
simplemente por amor al arte, está claro que hay grandes intereses
detrás de uno u otro candidato. Al gobierno le conviene autoridades
dóciles en la UPEA en particular porque el año que viene es de
elecciones y no le vendría nada mal mantener a raya y en calma a los
estudiantes. El gobierno ya ha tenido pactos solapados con los rectores
anteriores, a pesar de la escandalosa corrupción el gobierno nunca tuvo
problemas en mantener arreglos por ejemplo con el ex rector Dámaso
Quispe, siempre fueron muy convenientes los anuncios del Ministerio de
Economía cuando la gestión de Dámaso era fuertemente cuestionada por
casos de corrupción.
El interés del gobierno de Evo Morales en relación con la Universidad
se centra fundamentalmente en el cálculo político y no le importa
establecer alianzas con las castas mafiosas y antidemocráticas que se
encumbran en la Universidad, para el gobierno no ha sido problema hacer
la alianza aberrante con la Unión Juvenil Cruceñista, porque al fin y al
cabo lo que le interesa son los acuerdos que lo ayudan a mantenerse en
el poder. El discurso de algunas autoridades masistas de preocupación
por la universidad e incluso por una verdadera reforma universitaria es
una posición hipócrita y cínica pues donde el MAS ha hecho alianzas con
autoridades universitarias se ha abierto periodos de persecución contra
los dirigentes del movimiento democrático universitario.
Finalmente llegó el día de la segunda vuelta y nuevamente el
movimiento democrático rechazó las elecciones, lo que le valió que una
turba de mercenarios de seguridad, armados de palos, toletes y bombas
lacrimógenas en spray y granadas, los atacaran duramente. Los
estudiantes y algunas autoridades del área de sociales y contaduría
sufrieron la parte más dura incluso con heridos de cierta gravedad;
algunos miembros de “seguridad” fueron detenidos.
Para el movimiento democrático la mano del gobierno estuvo presente,
entre la “seguridad” reconocieron a policías de inteligencia que
actuaban de parte de los organizadores de la segunda vuelta, además la
policía llegó de manera “oportuna”, para detener a los estudiantes (que
después tomó un tiempo aclarar quiénes fueron los agresores y quienes
los agredidos) y luego resguardar las elecciones ilegales. Una vez más
los elementos policiales actuaron al servicio de la mafia electoral.
El presidente del Comité Electoral declaró que no había contratado el
“personal de seguridad” para deslindar responsabilidades, sin embargo
esto resulta más grave porque entonces quién es el que paga por todo
esto si ellos son los encargados de “garantizar” el evento supuestamente
legal. Lo que queda al descubierto es que el dinero para la
organización ha salido del bolsillo de los candidatos y esto es más
irregular aún pero explica el comportamiento del presidente del Comité
Electoral, es decir, explica por qué fueron éstos frentes los
habilitados por el comité y descalificados los demás. Podríamos decir
que estos candidatos en realidad organizaron sus elecciones contratando a
su gente (el presidente del comité electoral), pagando a sus matones
para cuidarlos y pagando la comida de sus delegados de mesa que se
prestaron al juego. Lo grave es que pretenden pasar SU proceso electoral
particular y privado, como EL proceso universitario que los reconozca
como autoridades elegidas legalmente.
Así lo ha declarado el flamante ganador Rime Choquehuanca en su
posesión, una vez más trucha, cuando tomaron por la fuerza el edificio
Emblemático: “hemos ganado las elecciones legítima y legalmente”
argumento con el cual busca ahora investirse como nueva autoridad
universitaria.
Este descarado mensaje de legitimidad nos recuerda mucho al proceso
de la “consulta previa” llevada adelante por el gobierno en el TIPNIS,
las elecciones en la UPEA han sido tan truchas como la consulta
gubernamental con los indígenas, y el mensaje final sobre la legalidad y
legitimidad ha sido igualmente descarada y cínica como el mensaje de
Rime Choquehuanca, por eso establecemos paralelos en la acción política
de estos actores en la Universidad con la acción política del gobierno
en la sociedad y creemos que no nos equivocamos. Tampoco equivocado
establecer paralelos a lo que la población universitaria vio en la
posesión simbólica de Rime, los estudiantes de la FUL, Alí y Puma
involucrados en el sobreprecio de equipos de computación tan
escandalosamente descubiertos por las propias autoridades universitarias
y difundidos ampliamente en la prensa eran parte de la tropa de Rime,
la misma gente que apaño la corrupción de los ex rectores como Dámaso,
los que han hecho todo lo posible por enterrar esos escándalos y
procesos administrativos y penales de toda esa mafia corrupta, los
mismos que aparecieron en fotos en hoteles de 5 estrellas bebiéndose el
dinero de los estudiantes y negociando cargos y beneficios
universitarios, los mismos que se vieron involucrados en actos de
matonaje, estos mismos elementos han subido al carro del “nuevo rector”.
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