domingo, 25 de mayo de 2014

BRIGADAS ROJAS. LA HISTORIA. (1ª parte)


[Traducido por un camarada para ODC de la publicación MLM francesa Contre-Informations http://www.contre-informations.fr/archivesfrance/nac-fs/fs15.html ]

Publicado en Front Social, nº 19

1. Italia y la lucha de clases.

Italia tuvo un traspaso al capitalismo que fue difícil, a causa de la fuerza de estructuras feudales. No hubo una revolución burguesa como en Francia; elementos de feudalismo, tales como el Vaticano, se conjugaron finalmente con el capitalismo. Un desequilibrio se  manifestó en el aspecto económico: el norte de Italia es industrial, mientras que las regiones meridionales están marcadas históricamente por la pequeña producción y la agricultura.

Tras la primera guerra mundial imperialista de 1914 a 1918, el movimiento de masas italiano fue relativamente potente, permitiendo el surgimiento de un fuerte movimiento revolucionario. Las clases dominantes apoyaron entonces el movimiento fascista del ex-socialista Mussolini, que aplasta al movimiento obrero, tomando el poder en 1922. El recién nacido Partido Comunista, nacido en 1921, tuvo que organizarse en la ilegalidad, con el que era su principal teórico, Antonio Gramsci, encerrado en prisión. Al condenarle, el juez dirá: «Es preciso impedir pensar a este cerebro durante al menos veinte años». Ayudado en su tarea por la Internacional Comunista, el PC consigue desarrollarse, y guiar al movimiento de masas en una larga resistencia armada frente al fascismo, desde que este pasa a ser dirigido por Alemania (1943 a 1945).

Pero la intervención americana, que se alía con la mafia para contener al PCI y ayudar a la burguesía italiana, impide la toma del poder por las masas populares, agravado por el hecho de que la dirección  del Partido estaba engangrenada por el revisionismo. Al igual que Thorez en Francia, Togliatti había abandonado los principios esenciales del marxismo-leninismo. Mientras que las Brigate d’Assalto y los trabajadores ocupaban las fábricas y los patronos huían hacia Suiza, los dirigentes del PCI animaban a estos a volver, para «recuperar sus responsabilidades».

Pudo así continuar su curso el Estado burgués italiano, apoyándose en los avances estructurales de los años del fascismo, sobre un proletariado del norte industrial controlado por un PCI ganado a la “causa común” y sobre un campesinado en el sur que transforma la democracia cristiana en un movimiento de masas. Evidente, no se cuestionaron las modernizaciones monopolistas efectuadas por los fascistas. Ni siquiera el fascismo, por otra parte. Abundantes planes de golpes fascistas fueron organizados, y los atentados y masacres fascistas fueron numerosos (Piazza Fontana en Milán, en 1969; estación de Bolonia en 1980; tren Bolonia-Florencia en el año 1984…). Fue lo que se denominó la «estrategia de la tensión», efectuada por el Estado.

El proletariado combativo no se dejará vencer por los fascistas ni por el reformismo revisionista del PCI. Continúa su organización y su lucha, aprendiendo notablemente de las experiencias internacionales. Es la época de la China revolucionaria, de la guerra de Vietnam…A esto se añade la actividad de aquellos intelectuales, que, a través de las llamadas «encuestas proletarias», redefinen la lucha de la clase obrera, constatando que la misma se desarrolla bajo formas de lucha «diferentes», aparentemente «nuevas». Y en efecto cada vez se generalizan más los sabotajes, el absentismo, las huelgas salvajes, el rechazo de la explotación a través del  trabajo asalariado.
 
2. Las revueltas de los años sesenta y el Mayo rebelde.

El año 1966 es el de la gran huelga de los metalúrgicos. En Roma, Milán, Nápoles, Génova y Trieste se producen conflictos, acompañados de un desbordamiento de los sindicatos y de enfrentamientos en la calle. Las reivindicaciones son intercategoriales. La huelga se hace por turnos a fin de poder durar, y se desarrollan los consejos de fábrica (consiglia de fabbrica) se desarrollan, especialmente en la Siemens de Milán. En 1967, en Cutro y en la isla de Capo Rizguto, hay movilizaciones de campesinos y de parados. Los despidos en las fábricas textiles de Vibo y Catania, el control de la administración local por los clanes, la falta de electricidad y de productos farmacéuticos, la mala distribución de la tierra…son otras tantas razones de estas revueltas. En la ciudad de Masse los trabajadores de Olivetti reducen ellos mismos su tiempo de trabajo, y consiguen mejores acuerdos, gracias especialmente al núcleo toscano de Potere Operaio, que se convertirá en uno de los primeros y mayores movimientos revolucionarios de masas. En 1968 se produce el conflicto textil en el Véneto (Mazatto/Valdagno). La región, dominada por las pequeñas empresas asiste a la implantación de los ritmos de trabajo, reorganización capitalista, el desempleo…En Febrero se produce la huelga, y en Abril la explosión. Coches incendiados, viviendas burguesas asaltadas…Intervienen las unidades especiales. Las facultades universitarias entran en ebullición, especialmente tras la llegada a Roma, Milán y Nápoles de estudiantes de origen popular. La relación entre los estudiantes y la clase obrera se origina mas en una situación social que en presupuestos ideológicos. Sin embargo, muchas de las facultades elitistas como Pisa o como Sociología en Trento se ven afectadas. Y los temas en discusión son de clase, aunque la izquierda católico-social intenta intervenir. Se habla del Vietnam, del marxismo-leninismo de la revolución cultural en la China Popular. Grupos de estudiantes revolucionarios quieren asi luchar contra la influencia de los católicos y de los trabajadores sociales de las “iniciativas de ciudadanos”.

En Abril de 1968, se da en la FIAT una situación de huelga casi permanente. Las reivindicaciones son la jornada de 40 horas y la paga inmediata,  también el rechazo de las horas extras, el control de los ritmos de trabajo y la cantidad del mismo. Allí igualmente las huelgas no duran mas que algunas horas al día. En Cosenza los campesinos se movilizan y se les suman los trabajadores jornaleros. En Diciembre de 1968, los jornaleros hacen huelga en Avola/Siracusa. Las carreteras nacionales se bloquean y se hacen barricadas, a lo que sigue una huelga general. Se despliegan las unidades especiales, que disparan durante 25 minutos, causando dos muertos.

Cuando en 1969 el presidente Nixon llega a Roma, las manifestaciones antiimperialistas son numerosas, y se producen enfrentamientos en la calle.  En Abril, tras el cierre de la última fábrica, se desencadena la revuelta en Battipaglia/Salerno (25.000 h.). La policía dispara: dos muertos, mas de 100 heridos, se incendia un cuartel. Pero también hay ebullición en Caserta Y Pescara, en menor medida en Palermo, Cagliari, Melfi, Nápoles. El PCI se opone a estar luchas sureñas, viendo en las mismas la obra de bandidos y “teppisti”, opuestos al desarrollo económico. Su naturaleza revisionista es evidente. En otoño, estalla la huelga a nivel nacional, contra los acuerdos entre l patronal y los sindicatos. “Lavorare meno – lavorare tutti!” es la consigna. Los sabotajes son masivos, se rompen las jerarquías, los empleados y los técnicos se unen a los obreros. Su suceden las ocupaciones (“Vogliamo tutto! Prendiamoci la citta!” ¡Queremos todo! ¡Tomemos la ciudad!). El economicismo de los sindicatos y el reformismo pierden su hegemonía. Se constituyen los CUB (“Comitati Unitari di Base”), así como grupos de empleados y técnicos (Gruppi di Studio”) y de estudiantes (“Movimento Studentesco”). Los años 1968 y 1969 asisten a la creación de grupos revolucionaros potentes, de los cuales el principal será Potere Operaio, y del cual surgirá rápidamente Lotta Continua.

3. Potere Operaio

Potere Operaio no cae del cielo; la organización es producto de un trabajo profundo en el proletariado. Las primeras conexiones se hacen en torno a las revistas “Quaderni Rossi” y “La Classe”. Se trata esencialmente de intelectuales y técnicos que analizan el proceso de producción. Se estudian las evoluciones técnicas y las reestructuraciones. La relación capital/trabajo ya no se contempla de forma estática, se trata de estudiar al obrero de base en relación con la evolución general. Aparecen así hacia 1961-1962 la “inchiesta proletaria”, las encuestas proletarias, que investigan al obrero en quehacer cotidiano, constatando como las luchas prácticas se desarrollan a pesar de la presión de los revisionistas. Los partidarios del futuro Potere Operaio toman el nombre de “obreristas”, término que no tiene la connotación economicista del idio castellano. Para estos, la lucha parte de la subjetividad obrera: voluntad de rechazo del trabajo y de los ritmos, voluntad que se trata de transformar en práctica revolucionaria. Para los obreristas, el nivel político no debe ser leído tanto ideológicamente, aspecto que se suprime, como a nivel de absentismo de sabotajes de huelga, de insubordinación, etc. En el documento de 1971 titulado “Che cos’è Potere Operaio”, se puede leer: “El slogan que hemos extendido durante todos los años sesenta `mas diner, menos trabajo´, significaba exactamente eso: con una intención subjetiva y precisa provocar la crisis capitalista, es decir oponer a la estabilidad del capital la irreductibilidad de las necesidades de la clase obrera.  Hemos realizado la siguiente experiencia: respecto a un capital que ha reducido sus contradicciones internas a un nivel mínimo, hemos intentado llevar hasta el fondo la contradicción principal, que queda insoluble –contradicción entre trabajador y capital- y organizar esto en torno a las relaciones de producción”. El objetivo de los obreristas, que parten del concepto de obrero-masa (es decir, el obrero de las grandes fábricas de la época) es unificar a la clase obrera en torno a los ejes principales de l rechazo al trabajo y el rechazo a las diferentes escalas de salario. Contra la inflación y contra el paro, se trata de exigir los mismos aumentos para todos, y, lo que es mas, “un ingreso garantizado para todos, trabajen o no, o se preparen para trabajar; además de la semana de 36 horas, el pago de las horas de transporte para ir al trabajo yt la abolición de la movilidad”. El objetivo de Potere Operaio es unificar las clases populares, desde el servicio doméstico al estudiante, siempre defendiendo “la hegemonía de las luchas de los obreros sobre los estudiantes y los proletarios”.

Pero también se plantean muchas otras cuestiones, porque en definitiva Potere Operaio no era mas que la expresión de un deseo de aquellos elementos avanzados de las masas de organizarse. Por otro lado, la influencia de la Escuela de Frankfurt es grande, y Potere Operaio está bastante cercano a la concepción revisionista según la que el capitalismo consigue superar sus crisis reorganizándose. Se ha hablado de grupo de “profesores”, en tanto en cuanto los dirigentes están mas próximos al mundo universitario que a la clase obrera (Toni Negri, Franco Piperno, Oreste Scalzone). Una fracción ha salido rápidamente de Potere Operaio, casi al principio para formar Lotta Continua (LC). LC proponía la radicalización de las luchas parciales: lucha en las ciudades, en las cárceles (“los condenados de la tierra”), el ejército (“proletario de uniforme”) y el desarrollo de la contrainformacion. El éxito de LC es notable, en razón de su aspecto mas político.

Pero la política de LC consiste principalmente en una contestación revolucionaria no en una política revolucionaria. Y así, otros elementos mas avanzados en el seno de esta nueva izquierda se reúnen, buscando respuesta en Marx, Engels, Lenin, Stalin y Mao TseTung.

4. El nacimiento del CPM (1969).

El 8 de Septiembre de 1969 se forma en este movimiento de la “nueva izquierda” un nuevo grupo, el CPM, (Collettivo Politico Metropolitano). Salido de grupos obreros (SitSiemens, IBM, Pirelli…), especialmente en el “triángulo de hierro” (Turín, Milán , Génova) el CPM  plantea nuevos fundamentos para la lucha revolucionaria. Su estrategia consiste en efecto en “enraizar la lucha armada a partir de las luchas del obrero-masa de las grandes concentraciones industriales”.

El CPM no favorece, como lo hacen en general los movimientos por la autonomía, la federación de grupos de base, “asociaciones espontáneas, esporádicas y apolíticas”, sino la construcción de una organización revolucionaria, con estructuras ilegales según el principio leninista, que contemple el derrocamiento del Estado. La propaganda del CPM difiere igualmente de los grupos orientados a la organización de grupos armados ante la eventualidad de un golpe de Estado, como los Grupos Partisanos armados del editor Feltrinelli, que se reclaman continuadores de la resistencia de los años de guerra. Aquí se trata de una guerra popular, de clase. En julio de 1970, el CPM toma el nombre de su revista “Sinistra Proletaria”. El nombre es claramente una alusión al grupo revolucionario  francés del mismo nombre que desarrolla una lucha de base en las fábricas. El 17 de Septiembre de 1970 las “Brigate Rosse” hacen su aparición revindicando el incendio del coche de un directivo de Siemens, siendo de hecho el CPM el autor. En Abril de 1971 la revista cambia de nombre y se convierte en una “nuova resistenza”, que tiene como símbolo un martillo y una hoz cruzadas por un fusil.

En su número 2 se puede leer que “la revolución moderna ya no es una revolución limpia (…), recluta sus elementos pescando en aguas turbias. Avanza por vías tortuosas y encuentra aliados en todos aquellos que no tienen ninguna capacidad de decisión sobre su vida y lo saben (…). En la espera de la gran fiesta revolucionaria cuando los expropiadores sean expropiados, el hecho criminal aislado, el robo, la expropiación individual, el saqueo de un supermercado, no son mas que un avance, un signo del futuro asalto contra la riqueza social”.

5. El paréntesis semi-revisionista armado de los “Gruppi D’Azione Partigiana” (GAP).

Los GAP toman su nombre de los grupos de acción partisana que operaron en 1944 contra el fascismo. Fueron fundados en 1970 or el editor Giangiacomo Feltrinelli, un importante editor (del nivel de Gallimard, con mas de una quincena de grandes librerías) que había llamado en 1969 a la formación de estructuras ilegales. Estos grupos clandestinos nacen en Milán, Trín y Génova. La línea de los GAP oscila entre la de la Fracción del Ejército Rojo alemán y la de la resistencia armada al fascismo. Por un lado, los GAP existen para defender las estructuras democráticas. Es cierto que la Italia de los años 1960 a 1970 está marcada por numerosos atentados llevados a cabo por los fascistas (Piazza Fontana, Brescia, el tren Roma-Brenner…). Pero la línea dominante considera que Italia se ha convertido en la colonia de la OTAN, y que esto forma parte de un proceso de fascistización. Se hacen necesaria por lo tanto “bases rojas”, considerando el bloque del Este como retaguardia positivamente pasiva, si bien revisionista. Las luchas sociales no se colocan en primera línea, en contraposición al antiimperialismo.

La lucha es de hecho la misma que la de la RAF: se trata de liberar el país del imperialismo, principalmente norteamericano. Para Feltrinelli, ya que Italia tiene una situación social caliente, es de esperar que la OTAN imponga transformaciones brutales. Es lo que sucederá de hecho en Turquía algunos años mas tarde. La radio pirata “RADIO-GAP” explica que “la vía de la revolución comunista, la vía de la liberación definitiva del proletariado y de los trabajadores italianos de la dominación y de la explotación por el capital italiano y extranjero necesita una guerra dura y larga. Pero las brigadas de partisanos los camaradas  trabajadores italianos están actualmente sobre esta vía. La vía de la liberación, la vía de los partisanos, marchando en vanguardia de la revolución comunista. Trabajadores, jornaleros  estudiantes revolucionarios juntos y unidos por la victoria definitiva sobre el capitalismo y el imperialismo”. Se trata de organizar “una participación cada vez mas amplia e intensiva para la guerra anti-imperialista internacional”.

Al respecto, Feltrinelli dirá que “quien considera la guerra revolucionaria cubana como terminada se engaña sobre la realidad, incluso si está ante sus ojos, y comprende realmente poco de la estrategia revolucionaria. La guerra revolucionaria, el proceso revolucionario es continental en los hechos y no puede terminar mas que mediante una victoria definitiva sobre el imperialismo en América Latina”. Es decir, cae en el mismo error estratégico que el Che, error vigorosamente criticado por los maoístas, especialmente tras la catástrofe boliviana. Esta posición es similar a la RAF, que consideraba igualmente el proceso revolucionario como inmediato e internacional.

Feltrinelli tiene la misma concepción respecto a esto, pero va mas allá haciendo una transposición del análisis guevarista de América Latina: “La izquierda europea tiene el deber de encontrar soluciones tácticas que se correspondan con la realidad de cada país europeo (con sus particularidades). En el curso de los diferentes procesos revolucionarios que –aunque tímidamente- aparecen  abiertamente en los países del viejo mundo, una estrategia continental tomará forma y sustancia, y tendrá una función decisiva en nuestra guerra de larga duración”.

Feltrinelli estuvo tras la publicación de numerosos documentos; perece tras la explosión de una bomba que portaba, en 1972, con la intención de destruir un poste de electricidad. Los GAP desaparecerán pronto. Su línea será siempre muy criticada por los grupos armados italianos, que lo interpretaban como reformismo armado.

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